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LA RAIZ DE MI AMOR POR LOS VIAJES

 

Crecí de pueblo mágico a pueblo mágico, a la mitad de una luna Tamaulipeca y un atardecer en Jalisco.

 

Nunca he tenido sueños ordinarios.... siempre soñé con conocer el mundo, inculcado por el espíritu aventurero de mis padres y mi hermano mayor con los que; desde que tengo memoria .viajamos a rincones hermosos de México, de norte a sur, de este a oeste, con el auto familiar de nuestro cómplice, ya sea de vacaciones escolares o escapadas de fines de semana, poco a poco descubrí que mi cuerpo se adiestró a no marearse en curvas, aprendí a amar las interminables horas de espera en carretera, a adaptarse a dormir en pequeños espacios y a disfrutar los hermosos paisajes de montañas, selvas, desiertos y océanos a través de la ventana..

Conocimos mercados, playas, cascadas, pueblos pintorescos, zonas arqueológicas, iglesias, comida deliciosa, comida exótica, conventos, monasterios, lagos, ciudades, acueductos, pirámides y bosques....hemos tenido innumerables aventuras juntos....que espero y nunca terminen.

Gracias a ellos aprendí a apasionarme por los amaneceres y los atardeceres y lo más importante: a amar mi país, mi tierra, mi gente, mi cultura y tradiciones, a disfrutar de los olores, los sabores y los sonidos propios de cada lugar....y a despertar a media noche mirando las incalculables estrellas y constelaciones bajo la luz de la luna... Ahí con el sonido de fondo de la voz de mis padres y la música mexicana....mi imaginación volaba y los deseos de comerme el mundo se apoderaron de mi proyecto de vida....

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